La ley de 26 de enero de 1940 de Unidad Sindical prohibió la existencia de cualquier organización sindical más que la de F.E.T. y de las JONS. Posteriormente, la ley de Bases de la Organización Sindical de 6 de diciembre de 1940 formalizó la organización del sindicalismo vertical. El sindicato único y vertical obligó a la afiliación forzosa de obreros y empresarios que el régimen pretendió así encuadrar. No existía pues libertad de asociación ni pluralismo ideológico, máxime cuando esta organización estuvo íntimamente ligada con el partido único F.E.T. y de las JONS.