Esta obra maestra del románico europeo muestra una Maiestas Domini (Cristo en Majestad) o un Pantocrator (representación de Cristo triunfante como Juez y Señor todopoderoso del Universo), cuya mano izquierda se apoya sobre el Libro de la Vida, en el que lee Ego Sum Lux Mundi, y la derecha otorga la bendición. Rodeado por la mandorla, a su alrededor se dispone el tetramorfos (los cuatro evangelistas, representados tradicionalmente asociados a sus símbolos, el hombre alado para San Mateo, el águila para San Juan, el león para San Marcos, el buey par San Lucas). A ambos lados las letras alfa y omega, primera y última del alfabeto griego; símbolo del principio y fin de todas las cosas. Abajo, de izquierda a derecha el apóstol Santo Tomás, el apóstol San Bartolomé, la Virgen María, el apóstol San Juan y el apóstol Santiago.

Este Cristo entronizado rodeado por el tetramorfos es la plasmación plástica de un pasaje del Apocalipsis de San Juan.