Antonio Maura (1853- 1925). Emigró a Madrid al estallar «la Gloriosa» en el año 1868 y allí pensó en cursar la carrera de derecho según un plan de estudios de tan sólo tres años. En Madrid se integró en un buen círculo, el de la familia Gamazo, cuyo cabeza de familia llegó a ser diputado. Consiguió casarse con su  hija Constancia Gamazo y empezó a formar parte del bufete de su padre.

En 1881 fue elegido diputado en las Cortes por Palma de Mallorca y en 1886 ocupó la vicepresidencia del Congreso. En 1892 ocupó la cartera de Ultramar en unos de los gabinetes de Sagasta y presentó un proyecto de amplia autonomía para Cuba antes de estallar el nuevo conflicto.

El proyecto no llegó a aprobarse y esto hizo que Maura y Gamazo dimitieran. El año 1895, en que estalla la nueva guerra en Cuba, Maura retorna con una nueva cartera, la cartera de Gracia y Justicia. En 1901, encabezando la facción «gamacista» pronuncia el famoso discurso de la «Revolución desde arriba», discurso de corte regeneracionista que hizo que el bando gamacista se pasara al Partido Conservador de Silvela con el que compartía el mismo objetivo regeneracionista. A la muerte de Silvela, Antonio Maura se erigió como el principal líder del partido conservador en 1904. Su gobierno duró un año por discrepancias con el Rey acerca del nombramiento del cargo del Jefe del Estado Mayor, pues el Rey prefería que este cargo lo ocupara el General Polavieja, que no era afín a Antonio Maura. Maura dimite pero vuelve a formar gobierno entre 1907 y 1909. Este período fue fecundo en creaciones legislativas pero los acontecimientos de la Semana Trágica de los que se tuvo que responsabilizar le acarrearon su caída en 1909 y un gran desprestigio dentro y fuera de España. A partir de ese momento sólo volvería al gobierno para formar gabinetes de Unidad Nacional, entre 1918 y 1919, aunque en esa etapa se evidenció que su postura regeneracionista estaba agotada.