LA PENÍNSULA IBÉRICA EN LA EDAD MEDIA: los reinos
cristianos
La conquista
árabe de la Península Ibérica trajo
como consecuencia la desaparición del reino de los
visigodos, asentados en el territorio peninsular desde comienzos del
siglo V. Los musulmanes ocuparon prácticamente toda la
Península, pero no la dominaron por completo.
En la franja norte existían pueblos que no habían
sido dominados tampoco por los visigodos y que no estaban dispuestos a
dejarse controlar: esos pueblos eran los astures, los
cántabros y los vascones. En la zona del Pirineo
también hubo grupos que no aceptaron la
dominación árabe y se organizaron en
pequeños condados. En el extremo oriental del Pirineo, el
monarca franco Carlomagno fundó una frontera o marca, la
Marca Hispánica.
Desde esos primeros
núcleos de resistencia se inició un
proceso de conquista que
con el tiempo acabaría llegando a toda la
Península.
Terminado el proceso de conquista, las dos grandes coronas continuaron
su expansión por el mar: la Corona de Aragón por
el Mediterráneo, y la Corona de Castilla, al mismo tiempo
que el reino de Portugal, inició su expansión por
el Atlántico.
La población de estos reinos cristianos vivió
junto a los musulmanes, y a la población judía
que había llegado a la Península
Ibérica hacía siglos, y su convivencia dio lugar
a un rico intercambio cultural. |