He pecado de un excesivo entusiasmo hacia el material de Descartes. Este entusiasmo se ha traducido, seguramente, en un exceso de clases con los ordenadores y no he hecho casi ninguna clase en el aula ordinaria. Ahora me doy cuenta que seguramente resulta necesario realizar algunas explicaciones con el método tradicional o usar el proyector para poder realizar explicaciones a todo el grupo y no solo atender al alumnado de forma individual