Nos acercamos al
río, llenamos el
cántaro de siete litros y volcamos su contenido en el de once.
Luego se
repite el proceso, con lo que en el cántaro
pequeño tenemos tres litros.
Vaciamos el
de once y echamos esos tres litros en su interior.
Luego
llenamos de nuevo el de siete y lo volcamos en el de once,
consiguiendo que el cántaro grande contenga diez litros.
Volvemos a
llenar el de siete y lo vertemos en el cántaro de
once hasta que éste esté a punto de rebosar; o sea, tan
sólo un litro.
De esta
forma, en el cántaro pequeño tenemos los seis
litros buscados.