Por citas que habÃa leÃdo, tenÃa yo un alto concepto de los méritos de Aristóteles; pero no poseÃa la más ligera idea de lo asombroso que era. Linneo y Cuvier han sido mis dos dioses, en diversa medida, claro está; ambos, empero, se me representan ahora como dos simples colegiales al lado del viejo Aristóteles