CONCLUSIONES |
Descubre diez palabras que expresan conceptos metafísicos:
Comentario |
Siguiendo
el criterio de José Ferrater Mora, señalaremos algunas
de las corrientes y filosofías de talante o tradición
espiritualista: 1. La
filosofía escolástica: En el contexto escolástico
se utiliza el término "espíritu" para designar
cualquier sustancia o forma viviente de carácter inmaterial
y, más concretamente, aquello que es de algún modo
independiente de la materia. Dicha independiencia puede darse en
distintos grados o modos. Así, los escolásticos tomistas
consideraron que espiritual era aquello que no dependía "intrínsecamente" de
la materia. Sólo es posible hablar de "espíritu
puro" cuando no hay absolutamente ninguna dependencia de lo
material, ni intrínseca ni extrínseca. Por consiguiente,
la espiritualidad del alma humana no es una espiritualidad pura,
ya que se funda en una dependencia extrínseca. 2. Un
segundo contexto sería el de las filosofías de corte "espiritualista":
el "inmaterialismo" de Berkeley, algunas formas de eclecticismo
(especialmente, el de Victor Cousin), y todas aquellas corrientes
que afirman la existencia de un "yo interior" (no identificable
con lo psíquico ni con lo psíquico-orgánico)
entre las que destacan los desarrollos filosóficos de varios
autores franceses como Maine de Biran, Lachelier y Bergson, entre
otros. 3. En
tercer lugar, uno de los contextos más importantes del espiritualismo
lo constituye el idealismo alemán, que alcanzó con
Hegel su máxima culminación y que ha tenido gran influencia
en la filosofía contemporánea. 4. Finalmente,
las posturas, en buena medida originales, de Max Scheler y de Nicolai
Hartmann. Para Scheler, el espíritu es lo que distingue esencialmente
al hombre del resto de la realidad, y lo concibe como algo distinto
de la psique y de la vida. En este sentido, el espíritu no
se reduce a la razón (pues ésta sólo sería
sino uno de sus "momentos" o formas), y la intuición
sería el acto espiritual por excelencia. El espíritu
es el conjunto de los actos superiores centrados en la unidad dinámica
de la persona; dichos actos no son sólo de naturaleza pensante,
sino también emotiva; y sus notas características son
la libertad, la objetividad y la conciencia de sí. Por su
parte, Hartmann concibe el espíritu como la zona de contacto
entre lo humano y lo ideal, así como la parte del ser por
la que penetran los valores. |
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