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La metafísica y los grados de abstracción

Todas las cosas inanimadas y los cuerpos vivientes tienen algo en común: que son. El lenguaje común y el lenguaje científico versan sobre cosas que son, pero se refieren a que son tales o cuáles cosas, a que tienen determinadas características y propiedades. La metafísica es la ciencia que estudia lo que es en cuanto que, precisamente, es; en cuanto que tiene ser. "Lo que tiene ser" puede denominarse con el nombre de ente (como lo que tiene vida se denomina viviente). La metafísica es por tanto, la ciencia que estudia el ente en cuanto ente.

Toda ciencia busca los principios, las causas propias del objeto. La metafísica busca las causas propias del ente. Por tanto, es ciencia en sentido estricto.

El objeto de las ciencias teóricas es la verdad de las cosas; el objeto de las ciencias prácticas es la acción humana. La metafísica es ciencia especulativa, porque tiene como fin conocer la verdad más profunda de las cosas; por qué son lo que son; y, aún más, por qué son. ¿Qué es ser?. Recordemos que la metafísica se inscribe en el ámbito de la filosofía real y, por consiguiente, considera su objeto en sí mismo, en su propia realidad o entidad, independientemente de nuestro conocimiento.

La metafísica es una disciplina que pertenece al tercer grado de abstracción. Veamos qué son y en qué consisten los "grados de abstracción":

Primer grado: Hay objetos que dependen de la materia según el ser (sin materia no son) y según el modo de entenderlos. En esos objetos la materia entra en su definición. De estos objetos trata la filosofía de la naturaleza y las ciencias experimentales (física, química, botánica, biología, etc.). Segundo grado de abstracción: Hay objetos que, aunque no pueden existir sino en la materia, pueden ser entendidos sin ella, porque la materia no entra en su definición. De estos objetos trata otra ciencia teórica o especulativa, las matemáticas. Tercer grado de abstracción: Finalmente, hay objetos que no dependen de la materia según el ser, porque, o nunca son con materia (Dios) o, dándose a veces unidos a la materia, son de suyo independientes de ella. De esos objetos trata la metafísica, pero partiendo siempre de la realidad sensible. De este modo la metafísica, aun tratando de "cosas" que no son empíricamente experimentables, necesita no perder nunca el contacto con la realidad sensible.

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