¿Verdadero o falso?

Comentario

Es evidente que puede que la Democracia no sea el mejor sistema de organización política, pero también es evidente que es el mejor que hasta ahora ha alumbrado la racionalidad del ser humano.

Nuestras democracias dan lugar a que, cada uno de nosotros, seamos responsables mediante nuestra intervención directa en el gobierno de nuestras sociedades. Eso es un gran logro, aunque a veces nos gustaría que nuestra intervención fuera más directa.
Pero, la democracia a veces pierde su destino. Su destino es la búsqueda del bien común, del bien de la persona.

La democracia, si quiere serlo auténticamente, tiene que ser una aventura moral. Por eso, Havel, dice que nuestras democracias occidentales deben convertirse en postdemocracias, a saber, democracias que sean consecuencia de la "revolución existencial" de cada persona que componen las sociedades. Es decir, lo primero que hay que buscar no es el bienestar, sino el bien-ser, la altura moral de las personas, de cada persona. Así alumbraremos democracias que realmente sirvan a las personas y personas que se ocupen de las otras -no sólo del interés propio expresado o no en el mayoritario según la suerte que haya- si no una búsqueda auténtica del bien común que busca el bien de todas las personas trascendiendo, en muchas ocasiones, los nimios intereses particulares o partidistas. Cómo insiste Havel, para llegar a la postdemocracia es imprescindible una "reconstrucción moral de la sociedad".