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Comentario

Nuestro propósito es acercarnos ahora a las relaciones entre la persona, la sociedad civil (el pueblo) y el Estado.
Nos enfrentamos en primer lugar a uno de los grandes problemas de la filosofía política: la soberanía. Se ha dicho muchas veces que, o bien, el pueblo es soberano o bien el Estado es soberano. ¿Qué se quiere decir con ello?
Para comprenderlo debemos clarificar el concepto de soberanía. Según Bodino la soberanía es poder absoluto y perpetuo. Hobbes, clarifica más aún ese concepto, al decir que el que ejerce la soberanía es un Dios mortal, es decir, quien ejerce la soberanía es plenamente autónomo, ejerce un poder absoluto y no tiene responsabilidad ante nadie.
Pues bien, ¿es el Estado soberano? Evidentemente no, el Estado no puede estar por encima de las personas sino a su servicio. ¿Y el pueblo? Tampoco, el pueblo no es un cuerpo personal que en función de las mayorías pueda ejercer despóticamente su poder en perjuicio de ningún miembro de la sociedad. El pueblo es el que ostenta el poder pero al servicio de cada persona y se sirve como medio del Estado para que cada persona pueda crecer. Por lo tanto, ni el pueblo, ni el estado son soberanos. Tanto el pueblo como el estado son servidores de la Persona que es la única que tiene valor absoluto.

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Ruta 16 - Etapa 3 - Parada 1
La soberanía