1. Educación moral y cívica: Hay que empeñar
a nuestros alumnos en la necesidad de una reflexión ética para una
adecuada vida moral. Sólo desde un intento serio por conocer, se puede
vivir adecuadamente.
2. Educación para la paz y la cooperación internacional: Si entendemos
la paz entre las naciones como consecuencia de la vida moral de los pacíficos,
entonces comprenderemos que la paz no es un asunto esencialmente político
sino substancialmente ético.
3. Educación para la igualdad de sexos: La vida moral nos enfrenta ante
nuestra identidad: personas humanas. Por lo tanto, la reflexión moral nos
habla de nuestra identidad fundamental: personas humanas. Y sobre esa identidad
se asienta nuestra condición sexuada no como antagónica sino como
modos diversos y complementarios de ser personas.