"Los
desequilibrios de nuestra época amenazan no sólo el ritmo de desarrollo
y la solidez de las instituciones, sino la supervivencia misma de la especie
humana. Al no reducir las asimetrías actuales, los opulentos atentan
contra la estabilidad que tanto les favorece y crean condiciones para la radicalización,
el desánimo, la exclusión y la violencia. Compartir es un verbo
esencial para la tolerancia, la democracia, la seguridad y la paz. La generosidad
y la justicia distributiva no son ya sólo una virtud, sino una exigencia
del equilibrio planetario (...). Compartir la experiencia y la esperanza; compartir
los saberes y la enseñanza para lograr la participación plena
u auténtica de todos en un ambiente de libertad, respeto de los derechos
humanos y solidaridad; compartir la riqueza para propiciar el desarrollo endógeno
y duradero (...). Quienes tenemos hoy el privilegio de vivir esta época
vertiginosa, somos pasajeros en un navío singular: este planeta azul,
donde compartimos un mismo riesgo e idéntica esperanza"
(MAYOR ZARAGOZA, F., Los nudos gordianos, Barcelona,
Galaxia Gutenberg, 1999).
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