En términos generales, se define la inmortalidad como la inmunidad de un ser frente a la corrupción. La creencia en la inmortalidad afirma que el alma humana sobrevive a la muerte biológica. Esta postura ha sido mantenida por autores como Sócrates, Platón, san Agustín, Tomás de Aquino, Descartes, Leibniz y Kant, entre otros. A lo largo de la historia del pensamiento, dicha inmortalidad se ha entendido de diferentes modos:
- Inmortalidad personal
- Inmortalidad panteísta
- Inmortalidad reencarnacionista

Los autores no materialistas consideran que en el hombre el alma es la substancia inmaterial que permanece a través de los cambios de los procesos vitales, produce y sostiene las actividades de la vida psíquica y vivifica el organismo. Es forma substancial del cuerpo, y junto con él es uno de los principios esenciales del hombre. Las características esenciales del alma serían: substancialidad, inmaterialidad, simplicidad, unicidad, espiritualidad e inmortalidad.
El alma es una substancia, es decir, tiene un ser propio. Por tanto, nada impide que siga "subsistiendo": existiendo por sí misma y en sí misma, de un modo autónomo e independiente, tras su separación del cuerpo. Hay distintos argumentos para demostrar esto:
- Prueba metafísica
- Prueba fenomenológico
- Prueba psicológico
- Prueba moral

Relaciona las explicaciones con los conceptos a que se refieren.