La integración de las TIC, y de manera particular de las herramientas 2.0, en el aula de música ofrecen nuevas y muy variadas maneras de enseñar y aprender música. Son muchos los profesores y profesoras que las utilizan a diario con fines muy diversos. Entre todos los usos posibles, uno de los más interesantes, desde mi punto de vista, es aquel mediante el cual las herramientas tecnológicas se ponen al servicio de la creación musical.
Si bien la elaboración de arreglos o la composición tienen ya una larga tradición en el ámbito de la educación musical, difícilmente podemos decir que este tipo de actividades forma parte de las rutinas de la mayoría de los profesores. Esto se debe, en cierta medida, a que aún hoy persiste la idea de que la creación musical es una tarea demasiado compleja. Y efectivamente lo es, pero complejo no es sinónimo de inalcanzable. De hecho, como nos recuerda Glover (2004): “Los niños tienen capacidad e inventiva para hacer música y, de hecho, la hacen, independientemente de que se les muestre o enseñe cómo. En los niños muy pequeños esta música frecuentemente es intrínseca a otra actividad, formando parte de juegos, de movimientos, o de las actividades de la vida diaria. A la edad en que adquieren el lenguaje los niños ya suelen improvisar canciones espontáneamente y, si se los deja jugar con instrumentos, investigan meticulosamente en el mundo sonoro de que disponen y comienzan a ordenar los sonidos en patrones y formas musicales” (p. 15). Los “instrumentos” con los que podemos dejar “jugar” a los niños y las niñas se han multiplicado en los últimos años, conforme han ido desarrollándose nuevas y más sencillas aplicaciones para los ordenadores, así como dispositivos en los que componer es un juego de niños. Tal es el caso, por ejemplo, de los iPad (y su versión pequeña, los iPod Touch) en los que disponemos de cientos de aplicaciones que niños y jóvenes pueden usar (y usan) para crear su propia música sin que medie ningún proceso de enseñanza. Pero no voy a referirme en este artículo a dichos dispositivos, entre otras cosas porque salvo excepciones no forman parte de los recursos disponibles en las aulas. Me voy a centrar, entonces, en las herramientas 2.0 por considerar que, despojadas de los extensos menús y opciones del software estándar, permiten al usuario concentrarse directamente en el proceso de creación musical.
Crear música usando herramientas 2.0
Internet está hoy prácticamente al alcance de todos, facilitando no sólo la escucha y compra de música online, sino también la creación musical. En la era de la Web 2.0, los usuarios ya no se limitan a recibir y consumir, sino que también tienen la oportunidad de contribuir a la comunidad de música online. De hecho, muchos aficionados dedican su tiempo de ocio a crear música y compartirla. Son compositores amateur que producen por placer y difunden su música entre otros aficionados mediante redes de intercambio u otros sistemas de publicación en red (Delalande, 2008, p. 14).
Estas prácticas también tienen cabida en el aula, donde podemos usar las herramientas 2.0 para construir un entorno de confianza en el que tanto el docente como el alumno se sientan seguros a la hora de experimentar con los sonidos y la música. La probabilidad de tener éxito y llegar a elaborar un arreglo o construir una pieza musical de interés es mucho mayor que cuando sólo disponemos de instrumentos tradicionales o cuando el proceso de composición pasa, indefectiblemente, por la notación musical. Combinar, probar, cortar, borrar, pegar y, sobre todo, escuchar los resultados en todo momento facilitan enormemente la labor. Por otra parte, la atención no se centra en la representación gráfica de los sonidos imaginados, sino en el resultado sonoro. No se trata, obviamente, de reemplazar lo que se venía haciendo, sino de enriquecerlo.
Ventajas y desventajas de la composición online
Las opciones para utilizar recursos tecnológicos para componer en el aula son muchas y muy diversas. Sin embargo, como antes he explicado, en este artículo me centraré en la composición musical online lo cual tiene, como veremos a continuación, ventajas y desventajas.
Las principales ventajas son que la mayor parte de las herramientas de composición musical online son gratuitas, fáciles de usar y con una curva de aprendizaje muy rápida. Al mismo tiempo, muchas integran algún recurso para publicar, compartir y difundir las propias creaciones.
Entre las desventajas, se cuenta la necesidad de contar con una conexión a Internet y algunas limitaciones en comparación con el software que cargamos en el propio ordenador.
Cinco herramientas 2.0 para empezar a componer música
La oferta de herramientas 2.0 para la composición musical crece día a día. Elegir cinco para mencionarlas en este artículo no es tarea fácil, pero hemos preferido seleccionar unas pocas y explicar sus características, animando así a su uso, en lugar de ofrecer un extenso listado sin más comentarios. Asimismo, hemos optado por seleccionar cinco herramientas de características muy diferentes que pudiesen dar cuenta de la diversidad de opciones.
Hands Symphony
Esta es una herramienta muy sencilla pero cargada de posibilidades. Doce parejas de manos producen distintos sonidos que se pueden activar y desactivar para crear una pieza musical eligiendo, además, entre tres estilos: dance, hip-hop y latino. La composición realizada puede enviarse a un amigo a través de la propia página. En el aula podemos plantear otras muchas actividades utilizando este recurso, entre ellas:
- Activar los patrones rítmicos uno a uno y, por imitación, aprender a tocarlos.
- Grabar una secuencia combinando algunos de los patrones rítmicos de la herramienta y utilizarla como base para la improvisación individual o grupal, usando sólo las manos, percusión corporal o instrumentos.
- Crear otras composiciones similares a partir de la exploración de sonidos corporales y la combinación de ostinati rítmicos.
Captura de pantalla de Hands Symphony. http://handsonlycpr.org/symphony
Composerizer
Esta sencilla herramienta, incluida en SFS Kids, sección infantil de la web de la Orquesta Sinfónica de San Francisco, permite componer una melodía a partir de la combinación de ocho compases presentados con su correspondiente partitura. Cada uno de dichos compases puede ser escuchado antes de arrastrarlo al pentagrama y todas las combinaciones son posibles.
Una opción algo más completa, aunque con un funcionamiento similar, es Minuet Mixer, herramienta disponible en la sección infantil de la web de la Filarmónica de Nueva York.
Beat lab
Con esta herramienta es posible crear secuencias en distintos estilos: rave, piano clásico, latino, rock, disco, beatbox, etc. Consiste en una cuadrícula en la que debemos dibujar cada tiempo. Cada pista corresponde a un sonido que se puede escuchar previamente pulsando en el play que aparece a la izquierda. Si no queremos empezar desde cero es posible activar un dado y comenzar el proceso de remezcla modificando una secuencia. Las pistas grabadas pueden guardarse y compartirse a través de una cuenta en Facebook. También existe la opción de explorar las composiciones realizadas por otros usuarios y votarlas para elegir la pieza de la semana.
Aunque se trata de una aplicación muy sencilla, con un poco de imaginación y dedicación es posible obtener resultados interesantes. A modo de ejemplo sugerimos escuchar las composiciones recomendadas por el propio sitio: http://www.beatlab.com/explore
Captura de pantalla de Beat lab. http://www.beatlab.com
BBC Music Mixers
Esta página de la BBC incluye siete juegos musicales en los que usando el teclado numérico se activan patrones y efectos sonoros. Las opciones disponibles son: Afrika, Celtic, Cuban, New Orleans, Oriental, Spanish y Dance. Aunque las piezas creadas no pueden grabarse online, podemos utilizar alguna herramienta para la grabación de streaming audio, como Free Sound Recorder o StepVoice, y así conservar los trabajos realizados.
Captura de pantalla del mezclador de New Orleans. http://www.bbc.co.uk/schools/studentlife/games/musicmixers/index.shtml
Myna Audio Editor
Myna Audio Editor es un completo secuenciador y editor de audio con el que podemos combinar el uso de cientos de loops pregrabados con pistas grabadas a través del micrófono. Dispone de muchas opciones interesantes, tales como el uso de efectos, la automatización o el transporte. Permite importar pistas de audio desde el propio ordenador, así como guardar las piezas creadas en nuestro disco duro. Sus prestaciones, en general, se aproximan bastante a las de un secuenciador por software, sin necesidad de instalar programas en el ordenador.
Captura de pantalla de Myna Audio Editor. http://www.orangeinks.com/wp-content/uploads/2009/10/Myna-audio-editor.png
Conclusiones
La composición en el aula no sólo resulta más fácil, sino también más atractiva e interesante al utilizar herramientas como las mencionadas. No obstante, es importante tener en cuenta que no se trata de tecnología sino de metodología. Con esto queremos decir que antes de proponer las actividades en el aula es necesario un proceso de reflexión que nos permita determinar para qué y cómo vamos a utilizar estos recursos. No se trata sólo de “dejar” que los estudiantes creen una pieza musical de vez en cuando, sino de elaborar una programación con una secuencia adecuada que nos permita ir avanzando de lo simple a lo complejo y logrando los objetivos fijados para cada etapa del aprendizaje.
En este breve artículo hemos presentado algunas opciones y herramientas. El lector interesado encontrará más información en un artículo publicado por la autora en la Revista Iberoamericana de Educación (Giráldez, 2010) y también en la sección de enlaces de BIVEM (Biblioteca Virtual de Educación Musical) haciendo clic en las etiquetas “componer” y “herramientas 2.0”.
Referencias
Delalande, F. (2008). Un millón de compositores. En A. Giráldez (Dir.), Percepción y expresión en la cultura musical básica (pp. 7-17) . Madrid: Ministerio de Educación, Política Social y Deporte.
Giráldez, A. (2010). La composición musical como construcción: Herramientas para la creación y la difusión musical en Internet. Revista Iberoamericana de Educación, 52, 95-108. Disponible en: http://www.rieoei.org/rie52.htm
Glover, J. (2004). Niños compositores (4 a 14 años). Barcelona: Graó.