Término italiano que designa una obra vocal sin acompañamiento instrumental.
Combinación de tres o más sonidos que suenan simultáneamente
Parte de la física que estudia el fenómeno del sonido en todas sus manifestaciones.
Locución latina que significa literalmente “a voluntad”. Se emplea para indicar libertad en cuanto al tempo y la ejecución, y en la elección de voces e instrumentos para la interpretación. Se abrevia ad lib.
Término italiano para indicar el tempo de ejecución de una obra. Significa lento. Su abreviatura es adº.
Cantes de extensión del amplio abanico con el que hoy cuenta el rico universo del flamenco. Entran dentro de esta categoría el garrotín, la farruca, los campanilleros, la mariana y el zorongo entre otros. Nacen de motivos originales muy diversos, algunos llevados a la geografía flamenca desde latitudes distantes, como Asturias y Galicia, sirven de inspiración a importantes cantaores para la creación de nuevos estilos.
Acrónimo de los términos ingleses, Attack (ataque), Decay (caída), Sustain (sostenimiento), Release (liberación) con el que se designa el generador que, en un sintetizador, permite crear la “envolvente” de un sonido.
Familia instrumental cuyos componentes utilizan para producir el sonido la vibración de una columna de aire. La práctica orquestal distingue entre los instrumentos de viento-madera y viento-metal (véase cada uno de estos términos).
1. Acción de entonar varios instrumentos, o los sonidos del mismo instrumento, en el mismo diapasón (la3=440hz). 2. También designa la tonalidad que regula un instrumento traspositor.
África Vázquez, “África la Peza”, nació a mediados del XIX en La Peza (Granada), donde también murió en el primer tercio del siglo XX. Era una niña cuando dio sus primeros pasos artísticos en el Café de la Marina de Granada, donde estuvo cantando durante tres años. En compañía de Juan Breva y otros artistas actuó una temporada en el Café Suizo de Málaga, cosechando un gran éxito que le abrió las puertas de los locales más en boga de la época en Cartagena, Barcelona, Madrid y otras ciudades españolas. En Sevilla, primero en el Café del Burrero y más tarde en el de Silverio, levantaba a los aficionados de sus asientos con su brillante manera de interpretar los fandangos de Granada, con letras tan descriptivas como ésta: “Soy de La Peza, pezeña; de los montes, montesina y para servir a ustedes, soy de Graná, granaína”. Asimismo, el público sevillano quedó prendado de sus cantes por cartageneras, malagueñas y granaínas, que parece ser bordaba con letras propias alusivas a su querida Granada: “En la Torre de la Vela una campana de plata; cuando sus metales suenan dicen que ¡viva Granada!. Nido de ruiseñores en su garganta”, con esta frase la definiría el periodista Francisco Carpena, en una publicación del periódico sevillano “El Cante” el 25 de diciembre de 1886. La competencia de África la Peza con Joselito el Granaíno, llevó al cruce de apuestas entre los partidarios de una y otro, para que ambos cantasen desde lo alto del Cabo de la Alhambra, y que sus cantes pudieran ser copiados desde lejos en la Plaza de las Flores, junto a la catedral. Ganó África la Peza los cinco duros y dos libras de dulces de la apuesta, entre otras, con la siguiente copla: “Para subir a la Alhambra, Fonda de los Siete suelos, Plaza de los Aljibes…, en la calle Real te espero”.